El origen de las expresiones nº1: el brindis

En mi afán de averiguar de dónde proceden algunas palabras y expresiones (es una de mis aficiones ocultas), hoy os vengo a contar de donde procede el concepto “brindis” y cuál es el origen de su ritual.

El origen del término que ahora conocemos como “brindis” se remonta al siglo XVI, y tiene como motivo la celebración de una victoria del ejército de Carlos V sobre su oponente. Según relatan los historiadores, el lunes 6 de Mayo de 1.527, las tropas de Carlos V tomaron de forma victoriosa Roma y la saquearon. El saqueo fue algo imprevisto. Lactancio, caballero mancebo de la corte del Emperador, convenció a su interlocutor, el Arcediano del Viso, testigo del saqueo, de que el Emperador no tuvo ninguna culpa en ello y de cómo Dios lo permitió por el bien de la cristiandad.

Así, con motivo de tal victoria, cuenta la historia, que los mandos militares llenaron sus copas de vino, las alzaron al frente y dijeron la frase alemana: "bring dir's", que significa “yo te lo ofrezco”. Este hecho ha dado lugar a la tradición de brindar cuando se celebra algo.

En cuanto al origen del ritual del brindis en sí mismo, hay que buscar su origen en tiempos más pasados.

Se dice que el origen más avalado por la historia del acto de brindar se originó en el siglo IV a. C., pero se realizaba por una razón bien distinta a la actual. En la antigua Roma para asesinar a alguien era usual que se envenenaran las copas, por lo que, en los grandes banquetes y convites que los más pudientes organizaban para su deleite o en honor de alguien, los anfitriones, como símbolo de confianza, chocaban fuertemente las copas con sus invitados, lo que producía que el líquido de una copa pasara a la otra. Luego ambos bebían simultáneamente. De este modo quedaba claro que no había habido ningún tipo de envenenamiento pues los dos que hacían el brindis bebían lo mismo. Cuando el invitado deseaba mostrarle su confianza al anfitrión, no vertía el líquido sino que solo tocaba levemente su copa con la del otro. El chocar las copas antes de un brindis es lo que ha quedado de ese ritual de confianza y muestra de amistad.

Hay otra teoría que afirma que en la antigua Roma se decía que del vino disfrutan todos los sentidos menos el oído. Con el chocar de las copas este sentido también participaba del gozo de la bebida.

Así que bueno, puede que de ahora en adelante más de una vez os sorprendáis pensando en medio de un brindis con los amigos:

"¿Qué se supone que estoy haciendo? ¿Evocando la alegría de aquellos que saquearon, violaron, mataron y decapitaron a los habitantes de Roma para ofrecérsela a Carlos V (“Bring dir´s”)? ¿Tratando de mezclar nuestras bebidas por miedo a que mis enemigos hayan colocado veneno en las copas? ¿Probando su confianza?"

¿Mi consejo?

Tomadlo como una curiosidad más de la que fardar en los encuentros con los amigos... ¡y disfrutad de la amistad!

Chinchin.