A simple vista parece que estemos delante de un dilema filosófico típico, como el de “¿Qué fue antes? ¿El huevo o la gallina? Pero, obviamente no, ya que tanto la cerilla como el mechero son instrumentos que el hombre ha creado y de los que se sabe cuándo nacieron. La pregunta, lo primero que invita a pensar, es que la cerilla se inventó antes, evidentemente, método casi rupestre para encender una hoguera provocando más hoguera en el palo de la cerilla (y la consecuente quemadura en los dedos) que en la hoguera en sí. Pero, curiosamente, la cerilla fue posterior al mechero.
Fue en 1823 cuando Johan Wolfgang Döbereiner inventó un encendedor transportable, conocido con el nombre “lámpara de Döbereiner”, con la intención de que pudiese ser usado en cualquier lugar. Su llama podía servir para encender fuego o para iluminar. Este invento consistía en una jarra de cristal con zinc, y cuando se quería producir una llama se dejaba caer una pequeña cantidad de ácido sulfúrico sobre el metal, lo cual producía hidrógeno. Luego se abría la boquilla para que saliera al exterior y, en la punta, había un trozo de platino que catalizaba la reacción y hacía arder al gas. Gráficamente, sería esto:
a. Cilindro de cristal
b. Botella abierta
c. Hilo
d. Zinc
e. Llave de cierre
f. Boquilla
g. Esponja de platino
Rápidamente se popularizó y fue haciéndose hueco en los hogares, dejando de lado a la conocida “caja de yesca”, en las que se utilizaba una piedra de pedernal y una barrita de hierro o de pirita para provocar una chispa que, si usted tenía suerte, podía hacer arder lo que había dentro de la caja (generalmente un trapo quemado muy seco, algunos cardos, hongos y trocitos de madera muy secos). Se mantuvo en fabricación hasta 1880.
El caso de la cerilla fue más peculiar. Nació en 1827, un día en el que John Walker se encontraba en su laboratorio intentando crear un nuevo explosivo. Al remover una mezcla de productos químicos con un palito, observó que en su extremo se había secado una gota en forma de lágrima. Para eliminarla, la frotó contra el suelo del laboratorio, provocando que se prendiera. Y así fue inventada la conocida como cerilla de fricción. Walker escribió luego que la gota en el extremo del palito contenía sulfuro de antimonio, clorato de potasio, goma y almidón. Las vendió bajo el nombre "congreves", en alusión al cohete congreve, pero el invento fue patentado por Samuel Jones, y comercializado con el nombre de "lucifers". Estos fósforos presentaban una serie de problemas: el olor era desagradable, la llama era inestable y la reacción inicial era sorprendentemente violenta, casi explosiva, en ocasiones lanzando chispas a considerable distancia.
A un químico francés llamado Charles Sauria se le ocurrió, en 1830, añadir fósforo blanco para quitar el mal olor de estas cerillas. En cada caja de cerillas, que debía ser hermética, había suficiente fósforo blanco como para matar a una persona, y los obreros involucrados en su fabricación sufrieron necrosis de los huesos de la mandíbula (fosfonecrosis) y otras enfermedades óseas debidas a la inhalación de los vapores del fósforo blanco, lo que provocó una campaña para prohibir su fabricación. Más tarde, debido a la toxicidad del fósforo blanco, se prohibió por ley el uso de éste en la fabricación de cerillas.
Como he mencionado antes, las cerillas que John Walker inventó llegaron a conocerse después por el nombre de cerilla-Lucifer, o simplemente Lucifer. ¿Por qué se le llegó a conocer con ese nombre?
El motivo radica en que así es como se traduce al latín la palabra griega fo-sfó-ros, cuyo significado es “que lleva luz”. De hecho es la misma palabra griega que la Biblia usa con el sentido de “portador de luz” o “lucero”, significado de la palabra latina Lucifer.
Actualmente, en algunos idiomas, como el nuestro, todavía se me llama “fósforo”, de acuerdo a la palabra griega original.
¿Os ha parecido interesante?
¿Ya conocíais la historia de estos grandes inventos?
Desde luego... lo que no aprenda contigo no lo voy a saber en la vida... jajaja
ResponderEliminarMuy interesante el post, señorita ^^
Pues la verdad es que no tenia ni idea de todo esto. Es curioso lo sumamente accidentadisimo que fue el desarrollo de la cerilla, y sin embargo lo "sencillo" que parece haber sido el de la lampara de fuego portatil pese a la complejidad del mecanismo.
ResponderEliminarMe ha hecho mucha gracia lo de las primeras cerillas, hechas con explosivo, jajaja. No puedo sino imaginar a la gente santiguandose antes de encender una "lucifer" jajaja.
nada pues lo dicho muy muy interesante ^0^ sigue asi que esto pinta genial (L)
abrazos, besos y galletitas!
f.
Muy bueno el post.
ResponderEliminarMe encanta este tipo de cosas. Todos los domingos, con el periodico me llegan varias revistas en las que abundan secciones como estas... y leerlas antes de acostarme el mismo domingo es de mis momentos favoritos de la semana xDDDDDDD
Hablando se fosforos, solo adjuntaré esto xD http://www.youtube.com/watch?v=Io-B7zOkLs0
Un saludo,
Hasseo.