Los delfines hablan en sueños... ¡en "balleno"!

Sabemos que los delfines son animales muy inteligentes, y los científicos han descubierto que poseen habilidades extraordinarias. Si que puedan dormir solo un hemisferio cerebral y dejar el otro despierto no era suficiente, ahora descubrimos que aprenden idiomas.

Los investigadores de la Universidad de Rennes (Francia) han descubierto, tras un experimento reciente en el que grabaron las conversaciones de los habitantes del delfinario francés de la Planete Sauvage durante nueve días, que estos reproducen por la noche los sonidos que aprenden durante el día.

Cuando revisaron las grabaciones realizadas descubrieron que había sonidos extraños que no se correspondían con los sonidos que hacen los delfines, sino que más bien eran como los que emplean las ballenas.

Los especímenes del delfinario, crecidos en cautividad, conocían los cantos de las ballenas gracias a la banda sonora que suena en el recinto del Planete Sauvage que utiliza superpuestos los sonidos del mar, gritos de pájaros, el murmullo de las olas y una pequeña pieza del canto de las ballenas.

Mucho se ha hablado de su sorprendente capacidad de memoria, y se sabe que los delfines pueden perfectamente imitar los sonidos y los juegos, pero no era este el caso.

Durante el día se observó que algunos de ellos trataban de hablar con “las ballenas”. Pero por la noche, entre las 00:00 y las 03:00, cuando los animales estaban descansando, fue cuando registraron sus conversaciones en el idioma de las ballenas jorobadas imitando el espectáculo musical. La conclusión a la que llegaron los investigadores es que la información que estos obtenían durante el día la procesaban durante el sueño, del mismo modo a como lo hace el cerebro humano. Este proceso se llama consolidación de la memoria, y es el responsable de que podamos pasar información desde el almacén a corto plazo al almacén a largo plazo.

También se sabe que los delfines tienen una extraordinaria habilidad para cambiar sus sonidos cuando “conversan” con otros individuos, o para asegurar que se les escuche por encima de la contaminación acústica ambiental. La experta en mamíferos marinos de la Universidad de Puerto Rico, Laura Collado-May sostiene que los delfines están tratando de reinventar el lenguaje de la especie e inclusive están utilizando un lenguaje intermedio con otras especies de delfines. En su investigación, descubrió que cuando se reúnen grupos de delfines nariz de botella y delfines Guayana, normalmente los silbidos en los animales de ambas especies varían, pero se juntan y los sonidos son similares, como si utilizaran un lenguaje intermedio. Esto plantea la posibilidad de que las dos especies se estén comunicando de alguna manera.

Los “discursos” de los delfines son muy variados, y los expertos dicen que usan los nombres y tienen una manera especial de comunicarse con sus crías.

Además, estos animales tienen sofisticados cerebros grandes (de hecho, van tras los humanos en la relación masa corporal/masa cerebral, muy por encima de los chimpancés), elaboradamente desarrollados en los ámbitos relacionados con el pensamiento de orden superior. Tienen una estructura social compleja, forman alianzas, utilizan los derechos de cuota y tienen personalidades. Si se pone un espejo delante de ellos los delfines pueden reconocerse a sí mismos, lo que indica un sentido de sí mismos.

Se han realizado muchos estudios para comunicarse con los delfines, especialmente en cautividad, utilizando pescado como recompensa, pero es raro que los delfines intenten comunicarse con nosotros. Cuando son entrenados, tienen una notable capacidad para reconocer el lenguaje. En el Instituto de delfines en Hawai, Luis Herman y su equipo les enseñaron a los delfines cientos de palabras con gestos y símbolos. Los delfines podían entender la diferencia entre las declaraciones y preguntas, conceptos como “ninguno” o “ausente”, y que cambiar el orden de una palabra cambia el significado de una frase. Algunos estudios incluso sugieren que los delfines comparten su propia lengua, sin embargo, nosotros nos hemos centrado en enseñarles a hablar nuestro idioma, en lugar de nosotros aprender su lenguaje.

Cuando la bióloga del Comportamiento Denise Herzing comenzó a estudiar a los delfines manchados en libertad en las Bahamas hace más de dos décadas, con los años, se dio cuenta de algunos delfines buscan la compañía humana, al parecer por curiosidad. La Dra. Herzing ideó un marco de composición abierta para comunicarse e interactuar con los delfines usando sonidos, símbolos y objetos. El propósito era crear un lenguaje común y primitivo que permitiera a los delfines y los humanos pedir apoyos. El sistema consistía en un teclado de gran tamaño sumergido en el fondo. Además de ser etiquetadas con un símbolo, cada tecla se combinaba con un silbato que los delfines podían tocar imitando a los buzos. El delfín, por ejemplo, podía pedir un juguete al pulsar la tecla con la nariz o silbando. El resultado del estudio, el primero de este tipo, llevado a cabo a lo largo de tres años con seis delfines, fue que todas las “hembras jóvenes”, antes de ser madres, se interesaron por el juego e iban a jugar cuando este estaba en marcha. Los “machos jóvenes” fueron menos sociables, y menos interesados en los seres humanos. Otra curiosidad del estudio fue que cuando, antes de jugar, los humanos y los delfines nadaban juntos poco a poco y en sincronía, imitaban cada contacto con el otro. Estos son signos de buena educación entre los delfines que los humanos también muestran cuando alguien les interesa (contacto visual y lenguaje corporal).

Se habla de una inteligencia tan cercana a la humana que incluso se ha sugerido elevar su categoría a "personas no humanas" y concederles los mismos derechos de los que gozamos los humanos. Sea como sea, veo muy difícil que se les vayan a conceder esos derechos, siendo que todos los humanos aún no disponen de ellos.

Y seguro que con todo esto, a más de uno le ha venido a la mente la siguiente escena:

Y es que se han ido descubriendo sobre ellos cosas tan sorprendentes que no me extrañaría que cualquier día los delfines nos sometiesen a su voluntad. Por ahora ya lo van consiguiendo, aunque sea por lo adorables y simpáticos que son. Y si no lo creéis, os dejo con el siguiente video para que lo comprobéis. ¡Nos leemos!