viernes, 19 de abril de 2013

La habitación más silenciosa del mundo




¿Eres de los que aman el silencio? ¿De los que están cansados del bullicio de la sociedad? El mundo en que vivimos actualmente nos da poco espacio para relajarnos, pensar y estar en paz con nosotros mismos. Muchas veces desearíamos que todo se parase y poder respirar tranquilos por un momento. Hay un lugar en el mundo en el que esto se hace realidad. Un lugar en el que ningún sonido externo puede perturbarnos. Sin embargo, aún así, no podremos hallar tranquilidad.


La llaman la cámara anecoica y puede llevarte a la locura.

¿Quieres saber más? Sigue leyendo.



Fue creada por los Laboratorios Orfield en Minnesota, Estados Unidos. Está diseñada para absorber el 99,99% de los sonidos gracias al sistema "box in box" donde ambas cajas poseen tabiques dobles de acero y la caja interior está apoyada en un sistema de resortes con sus paredes recubiertas con cuñas de fibra de vidrio de forma piramidal. Además de este efecto con el sonido externo, suelos, paredes y techos absorben gran cantidad del sonido que se produce en su interior: la voz se convierte en un susurro y es difícil oír a una persona hablando con un volumen de voz normal a poco más de un metro de distancia. Las cámaras de este estilo suelen utilizarse por empresas del automovilismo y de electrodomésticos para determinar el ruido que generan sus artículos. Sin embargo, también se han realizado en ellas algunos experimentos científicos que han llevado a la conclusión de que este inconcebible silencio provoca tal tensión en nuestro cerebro que puede llevarnos a la locura.

¿Por qué pasa esto? Es evidente que nuestros oídos están hechos para escuchar. Cuando permanecemos en una estancia sin ningún sonido, nuestro cuerpo busca desesperadamente una fuente de sonido, hallándola en nuestro propio cuerpo. Las personas que han permanecido durante un tiempo prolongado en una cámara anecoica empiezan a escuchar su respiración, los latidos de su corazón, el movimiento de sus tripas e incluso el oído interno. Esto lleva la mente a perder el control, el equilibrio y sufrir alucinaciones.

El tiempo récord de permanencia en esta estancia es de 45 minutos antes de empezar a perder el control y enloquecer.

Para que os hagáis una idea del silencio que podemos encontrar dentro de la habitación, os diré que está cerca de los -9 decibelios, mientras que un cuarto donde dormimos por la noche alcanza los 30 decibelios y una conversación cotidiana llega como mínimo a los 60 decibelios.


¿Probarías a entrar y a enfrentarte a este tipo de locura?



4 comentarios:

  1. La verdad que para un ratito pequeño puede estar bien,... 5 o 10 min, pero por lo que cuentas, mucho más no, que acabamos con la camisa de fuerza xD Es curioso que el simple silencio total nos provoque un estado de locura, verdad?
    Gracias por este interesante post :D
    Muaaaaa
    PD: lo de la palabra de verificación de los comentarios es un rollo neniiiii :P

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    1. Gracias por pasarte, guapi!! ^^

      Sí que es curioso, sí, que algo que es "nada" nos enloquezca :)

      Miraré de quitar lo de la verificación, a todo esto XD

      Muaaaks! ^^

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  2. Conocía esta habitación y desde luego es algo que llama mucho la atención. Aunque no creo que el tamaño y el aspecto de la habitación ayuden mucho a evadir esa locura... Sería estupendo poder hacer el experimento evitando la influencia de dichos factores, que claramente puede intensificar la sensación de agobio o terror que produce el por otro lado desconocido silencio en nuestra mente.

    Además, se podrían introducir otros factores. ¿Qué pasaría si habituáramos al cuerpo a esta nueva sensación progresivamente? ¿Qué pasaría si estuviéramos entretenidos, por ejemplo, leyendo o jugando a la consola (sin sonido)?

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    1. Según tengo entendido, el silencio es tal ahí dentro que se escucha el ruido que produce una pantalla de móvil solo por estar en marcha. Imagino que lo mismo pasaría con una consola. Creo que debe ser inquietante oír esas cosas a las que no estamos acostumbrados. Eso sí, como comentas, podría ser interesante una habituación progresiva. Quizá de esta manera pudiésemos despertar una pequeña parte de nuestro cerebro dormido, y estar abiertos a nuevas experiencias.

      Gracias por tu comentario, Jesús :)

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